viernes, 28 de mayo de 2021

 Nadie está más muerto que aquel que solo piensa en sobrevivir.

domingo, 23 de mayo de 2021

Autodefinición de Alonso Quijano

Quijote II, 32:

No es bien, sin tener conocimiento del pecado que se reprehende, llamar al pecador, sin más ni más, mentecato y tonto"..../...caballero soy y caballero he de morir si place al Altísimo. Unos van por el ancho campo de la ambición soberbia; otros, por el de la adulación servil y baja; otros, por el de la hipocresía engañosa, y algunos, por el de la verdadera religión; pero yo, inclinado de mi estrella, voy por la angosta senda de la caballería andante, por cuyo ejercicio desprecio la hacienda; pero no la honra. Yo he satisfecho agravios, enderezado tuertos, castigado insolencias, vencido gigantes y atropellado vestiglos; yo soy enamorado, no más de porque es forzoso que los caballeros andantes lo sean; y siéndolo, no soy de los enamorados viciosos, sino de los platónicos continentes. Mis intenciones siempre las enderezo a buenos fines, que son de hacer bien a todos y mal a ninguno: si el que esto entiende, si el que esto obra, si el que desto trata merece ser llamado bobo, díganlo vuestras grandezas.

Otras tomadas de las obras de Cervantes:

Cada uno es como Dios le hizo, y aun peor muchas veces.

Confía en el tiempo, que suele dar dulces salidas a muchas amargas dificultades.

Donde está la verdad está Dios.

Con la iglesia hemos dado, Sancho

Donde una puerta se cierra, otra se abre.

El agradecimiento que sólo consiste en el deseo, es cosa muerta, como es muerta la fe sin obras.

El amor antojadizo no busca cualidades sino hermosuras.

El amor junta los cetros con los cayados; la grandeza con la bajeza; hace posible lo imposible; iguala diferentes estados y viene a ser poderoso como la muerte.

El andar tierras y comunicar con diversas gentes hace a los hombres discretos.

Sobre un buen cimiento se puede levantar un buen edificio, y el mejor cimiento y zanja del mundo es el dinero.

El pobre está inhabilitado de poder mostrar la virtud de liberalidad con ninguno, aunque en sumo grado la posea.

El que esta para morir siempre suele hablar verdades.

El que lee mucho y anda mucho, vee mucho y sabe mucho.

El que no sabe gozar de la ventura cuando le viene, no se debe quejar si se pasa.

El retirar no es huir, ni el esperar es cordura, cuando el peligro sobrepuja a la esperanza.

El valor reside en el término medio entre la cobardía y la temeridad.

En las cortesías antes se ha de pecar por carta de más que de menos.

En las comunes desventuras se reconcilian los ánimos y se traban las amistades.

En los casos arduos y dificultosos, en un mismo punto han de andar el consejo y la obra.

Amor y deseo son dos cosas diferentes; que no todo lo que se ama se desea, ni todo lo que se desea se ama

Entre los pecados mayores que los hombres cometen, aunque algunos dicen que es la soberbia; yo digo que es el desagradecimiento, ateniéndome a lo que suele decirse: que de los desagradecidos está lleno el infierno.

Al bien hacer jamás le falta premio

Sábete, Sancho, que no es un hombre más que otro si no hace más que otro.

La senda de la virtud es muy estrecha y el camino del vicio, ancho y espacioso.

En la tardanza suele estar el peligro

Pocas o ninguna vez se cumple con la ambición que no sea con daño de tercero

¿Qué locura o que desatino me lleva a contar las ajenas faltas, teniendo tanto que decir de las mías?

Contra el callar no hay castigo ni respuesta

Encomiéndate a Dios de todo corazón, que muchas veces suele llover sus misericordias en el tiempo que están más secas las esperanzas.

Entre los pobres pueden durar las amistades, porque la igualdad de la fortuna sirve de eslabón a los corazones; pero entre los ricos y los pobres no puede haber amistad duradera.

Habla con reposo, pero no de manera que parezca que te escuchas a ti mismo; que toda afectación es mala.

Has de usar con la honesta mujer el estilo que con las reliquias; adornarlas y no tocarlas.

He oído decir que esta que llaman por ahí fortuna es una mujer borracha y antojadiza y, sobre todo, ciega, y así no ve lo que hace, ni sabe a quién derriba ni a quién ensalza.

La alabanza propia envilece.

La diligencia es madre de la buenaventura.

La grandeza del rey resplandece más en el misericordioso que justiciero.

La guerra, así como es madrastra de los cobardes, es la madre de los valientes.

La honra del amo descubre la del criado; según esto, mira a quién sirves y verás cuán honrado serás.

La libertad es uno de los más preciosos dones que a los hombres dieron los cielos; con ella no pueden igualarse los tesoros que encierran la tierra y el mar: por la libertad, así como por la honra, se puede y debe aventurar la vida.

La misericordia brilla más que la justicia. 

La historia, la poesía y la pintura, simbolizan entre sí y se parecen tanto, que cuando escribes historia, pintas, y cuando pintas, compones. No siempre va en un mismo peso la historia, ni la pintura pinta cosas grandes y magníficas, ni la poesía conversa siempre por los cielos. Bajezas admite la historia; la pintura, hierbas y retamas en sus cuadros, y la poesía tal vez se realza cantando cosas humildes

Si acaso doblares la vara de la justicia, no sea con el peso de la dádiva, sino con el de la misericordia.

La buena mujer no alcanza buena fama solamente con ser buena, sino con parecerlo.

La poesía tal vez se realza cantando cosas humildes.

La santidad fingida no hace daño a ningún tercero, sino al que la usa.

La verdad adelgaza y no quiebra, y siempre nada sobre la mentira como el aceite sobre el agua.

La verdadera nobleza consiste en la virtud.

Las armas requieren espíritu como las letras.

Las armas tienen por objeto y fin la paz, que es el mayor bien que los hombres pueden desear en esta vida.

Las honestas palabras dan indicio de la honestidad del que las pronuncia o las escribe.

Las obras de caridad que se hacen tibia y flojamente no tienen mérito ni valen nada.

No hay refrán que no sea verdadero, porque todos son sentencias sacadas de la mesma experiencia, madre de las ciencias todas.

Las tristezas no se hicieron para las bestias, sino para los hombres; pero si los hombres las sienten demasiado, se vuelven bestias.

No son los celos señales de mucho amor , sino de mucha curiosidad impertinente; y si son señales de amor , es como la calentura en el hombre enfermo, que el tenerla es señal de tener vida, pero vida enferma y mal dispuesta; y así, el enamorado celoso tiene amor , mas es amor enfermo y mal acondicionado. Y también el ser celoso es señal de poca confianza del valor de sí mesmo

Los males que no tienen fuerza para acabar la vida, no han de tenerla para acabar la paciencia.

Ningún mal puede fatigar tanto ni llegar tan al extremo de serlo (mientras no acaba la vida), que rehúya de no escuchar siquiera el consejo que con buena intención se le da al que lo padece.

Habla a lo llano, a lo liso, a lo no intricado, como muchas veces te he dicho, y verás como te vale un pan por ciento.

Habiendo durado mucho el mal, el bien está ya cerca

El mal, para quien lo fuere a buscar

Al mal de quien la causa no se sabe, milagro es acertar la medicina.

Más hermoso parece el soldado muerto en la batalla que sano en la huida.

La seca garganta, ni gruñe ni canta

Más da el duro que el desnudo, refrán

Más vale vergüenza en cara que mancilla en el corazón.

Necio es, muy necio, el que, descubriendo un secreto a otro, le pide encarecidamente que lo calle.

No cargues todo el rigor de la ley al delincuente; que no es mejor la fama del juez riguroso que la del compasivo.

No desees y serás el hombre más rico del mundo.

No hay candados, guardas ni cerraduras que mejor guarden a una doncella que las del recato propio.

No hay carga más pesada que una mujer liviana.

No hay más alta virtud que la prudencia.

No hay memoria a quien el tiempo no acabe, ni dolor que la muerte no consuma.

No hay que tener envidia a los que los tienen príncipes y señores, porque la sangre se hereda, y la virtud se aquista y la virtud vale por sí sola lo que la sangre no vale.

No importa el resultado sólo el esfuerzo vale.

Nunca el consejo del pobre, por bueno que sea, es admitido.

Oficio que no da de comer a su dueño, no vale dos habas.

Para remediar desdichas del cielo, poco suelen valer los bienes de fortuna.

Parece que los gitanos y gitanas solamente nacieron en el mundo para ser ladrones.

Parece, Sancho, que no hay refrán que no sea verdadero, porque todos son sentencias sacadas de la mesma experiencia, madre de las ciencias todas.

Sé breve en tus razonamientos, que ninguno hay gustoso si es largo.

Sé moderado con tu sueño; que el que no madruga con el sol, no goza del día.

Siempre la melancolía fue de la muerte apariencia.

Tanto más fatiga el bien deseado cuanto más cerca está la esperanza de poseerlo.

Tanto más se escudriñan las faltas de un impreso, cuanto mayor es la fama de quien lo compuso.

Tanto vales cuanto tienes, y tanto tienes cuanto vales, Dos linajes solos hay en el mundo, como decía una abuela mía, que son el tener y el no tener

Un buen arrepentimiento es la mejor medicina que tienen las enfermedades del alma.

Una de las mayores tentaciones del demonio es ponerle a un hombre en el entendimiento que puede componer e imprimir un libro, con que gane tanta fama como dinero.

Una de las partes de la prudencia es que lo que se puede hacer por bien, no se haga por mal.

Venturoso aquel a quien el cielo dio un pedazo de pan, sin que le quede obligación de agradecérselo a otro que al mismo cielo.

Fuese, y no hubo nada

Yo que tanto trabajo y me desvelo por parecer que tengo de poeta la gracia que no quiso darme el cielo.

Yo sé muy poco, y diría, y está muy puesto en razón, que la desesperación no puede ser valentía.

Yo soy de parecer que el pobre debe contentarse con lo que hallare, y no pedir cotufas en el golfo.


Verdades brutales

Tomado de por ahí:

 

¿Cuáles son las verdades brutales que crees que todos deberían aprender lo antes posible en la vida?

La ignorancia vende más que la verdad.

Tu presente es una consecuencia de tus decisiones en el pasado, y tu futuro una consecuencia de tus decisiones del hoy.

La vida no es un anime.

La felicidad no es sonreír todo el tiempo.

Querer no siempre es poder.

La soledad es un estado inevitable de la vida.

El socialismo no funciona, pero el capitalismo nos arruina.

Lo que es correcto no siempre es popular y lo que es popular no siempre es lo correcto.

Ser ateo no te hace superior, ni ser creyente te da la libertad de imponer tu autoridad.

Haz amistades que quieran lo mejor para ti. Los amigos de verdad valen oro.

Estar en una relación solo por querer estar en una relación es la peor razón para entrar en una relación. Estar soltero de malo nada tiene.

Memento mori.

No hagas a otros lo que NO te gustaría que te hicieran.

Ni todo el optimismo es bueno, ni todo el pesimismo el malo.

El dinero quizás no compre la felicidad, pero la pobreza nada compra.

No prometas cosas de la que no estás seguro de que puedas cumplir. Si fallas las personas perderán la confianza en ti.

Si guardas rencor a otros, solo les permites que te hagan daño más tiempo.

No ruegues atención a otros. Nadie debería sentirse tan exaltado ni otro tan miserable.

Nunca niegues un abrazo a alguien; nunca sabes lo mucho que pueda estar deseando ese contacto.

Solo se muere cuando se deja de aprender.

sábado, 22 de mayo de 2021

La comodidad del Infierno

España tiene la tasa más alta de desempleo de jóvenes en Europa: el 40% hasta los 25 años. Mayor que Grecia (33%) o Italia (30%), donde también se desespera a la juventud. Y con un 16 % de paro general y expectativas aún peores, según la siniestra Ley de Okun

Muchos de estos parados no son sin embargo detenidos y marchan fuera, a Londres y otras grandes capitales de Europa que están llenas de camareros y cocineros españoles ya con  treinta años, muchos de ellos sobrecualificados (por no hablar de los científicos, que solo para el papeleo burocrático que necesitan para renovar su contrato gastan varios bolígrafos rellenando papeles). También huyen los talentosos: hace decenios que aquí no han sido vistas las oportunidades, de modo que si aparecen hay gente que ni siquiera las reconocería; dicen que en California, Australia, Georgia y China las han visto, pero yo hasta dudo que haya podido existir una quimera de ese tipo. En la estéril España donde Cernuda decía que "todo nace muerto, vive muerto y muere muerto" no crece nada, nada echa raíces, y mucho menos el futuro. Eso sí, tenemos la mayor cantidad de viejos que no trabajan, y de calidad premium.

La vivienda se comparte entre los jóvenes; en Madrid incluso se ha abierto un hotel de celdillas o cilindros. Ya más que escasa natalidad es extinción; incluso las cigüeñas están empezando a desaparecer. Al menos el gobierno europeo vela para que nuestros políticos no arrasen completamente el país.

Es habitual señalar Venezuela como víctima del comunismo; sin embargo nadie se acuerda de Argentina como víctima del capitalismo buitre, o Chile, donde son los ciudadanos los que escriben su constitución, como en Islandia. Ni de Kerala, la única provincia hindú que ha desterrado el analfabetismo y la pobreza gracias al socialismo comunalista democrático.  En Argentina están ahora como nosotros dentro de veinte años, si no nos espabilamos. ¿Que no hará el mainstream para conseguir deformarnos la conciencia y seguir destruyendo la materia natural y el espíritu civilizado? Las masas se han vuelto tan líquidas como denunciaba Zygmunt Bauman, e Internet nos ha vuelto sumamente nubosos, informes y mal informados.

Las naciones se han puesto de pie siempre con solo un combustible, la voluntad. ¿Cómo se desarrolla esta virtud? Por medio de elementos que no aparecen en nuestro sistema educativo ni en los programas más vistos y oídos de la TV y la radio (no menciono la prensa en papel porque ni siquiera existe ya): la constancia, el trabajo, la disciplina, el sacrificio y la esperanza. No hay pastilla que cure el mal que ya los ensayistas del 1898 llamaban abulia española, fruto de lo que Cernuda (otra vez) llamaba "vivir sin estar viviendo", una forma extrema de monacal estoicismo

Hay quien afirma que la voluntad no se entrena ni se mejora. Que no es como un músculo que se vuelve más resistente con la práctica. Un estudio afirma que las personas más exitosas no poseen una mayor fuerza de voluntad, sino que simplemente acomodan su entorno para no usarla. Si quieres dejar de comer galletas no las compres, si ya las tienes que te las escondan o tíralas. Y si no quieres usar tanto el móvil, ponlo muy lejos de tu alcance, no duermas con él.

Es que hay que tener en cuenta que la fuerza de voluntad es limitada y se agota. Cuando se trata de controlarla y administrarla para evitar defectos hay que tener en cuenta que la voluntad es a veces retrógrada o inversa: si uno está todo el tiempo diciéndose "que no" debe hacer algo, está ejerciendo tanta voluntad que gasta la que tenía para todo el día y acaba desmoronado haciendo todo lo que no debería hacer. Así que lo que funciona es planificar las cosas de tal modo que uno no tenga que decírselo: poner los medios y la inteligencia necesarias para no tener que ejercerla. Cambiar el "chip" de rutas y costumbres

Es lo mismo con la procastinación, el defecto con que Mariano José de Larra caracterizó a los españoles en Vuelva usted mañana.La voluntad se ahorra cuando uno trabaja en algo que le gusta: si no lo hace, volverá a su casa agotado y sin ganas de hacer lo que realmente desea. Pero, por desgracia, aquí, en España, ni siquiera nos dejan trabajar.

viernes, 21 de mayo de 2021

Conocer a las personas

De Juan Sole:

¿Cómo sabes la verdadera personalidad de alguien en 10 simples pasos?

Esto es lo que me dijo mi abuelo:

1 . Dales algo gratis más de 2-3 veces. Y conocerás su verdadero carácter.

2 . Observe si hacen preguntas por chismes o por crecimiento.

3 . Observe si sus palabras y hechos son consistentes. Si no es así, no los escuches.

4. A través de tu intuición, tu intuición es la respuesta de tu cerebro límbico a señales subconscientes de las que tu cerebro consciente no es consciente. Entonces, a veces confía en tu primer instinto.

5. ¿Cómo tratan a los camareros y subordinados? ¿Cómo trata a una persona que no daña sus intereses Esto revela su naturaleza.

6. La forma en que tratan las críticas. Si una persona no puede aceptar las críticas de los demás, o incluso estar furiosa, puede ser muy engreída.

7. En su círculo social, los pájaros del mismo plumaje se juntan. Es lo que son sus amigos.

8. Su lenguaje corporal, a menos que haya sido entrenado para ocultar su lenguaje corporal, puede leer el corazón de esta persona a partir de su lenguaje corporal. Por ejemplo, mirar al suelo durante una entrevista o una cita es un signo de tensión.

9. ¿Cómo se distribuye su dinero? ¿Gasta su dinero en jugar, comer, beber y jugar, o en inversiones futuras? Esto puede revelar sus valores. Puede averiguar si sus valores son adecuados.

10. Observa su reacción bajo presión. El carácter de una persona está influenciado por su familia primitiva.

En condiciones normales, es posible que pueda disfrazarse, pero en algunas condiciones de estrés, su carácter original se verá reflejado

sábado, 1 de mayo de 2021

Entrevista con la escritora Elisa Victoria

Entrevista de Quico Alsedo a Elisa Victoria para El Mundo, 21 de abril de 2021:

Elisa Victoria: "Mi vida ha sido terrorífica, muchas veces he tenido ganas de no haber nacido"

La pureza, la inocencia y, por oposición, la corrupción y la culpabilidad son los temas centrales de la escritora sevillana, que tras darse a conocer con Vozdevieja confirma su talento en El evangelio

¿Quieres ser madre?

Pero... ¿por qué me preguntas eso? Bueno... Es una pregunta extraña. Yo no quiero ser madre, pero... ¿Me lo preguntas porque en mis libros hay mucho interés en los niños, o...?

Bueno, sí, y también porque tu literatura me parece eminentemente femenina..

Yo no creo que mi literatura sea femenina, sino humana... Sí, yo querría saber la motivación de la pregunta, la verdad.

Bueno, en tus libros hay una preocupación clara por la infancia, por esa inocencia, y como periodista me interesa saber cómo respira respecto a la maternidad alguien que tiene esa mirada... Pero si prefieres no contestar...

No, sí, no pasa nada. Pues mira, yo no tengo intención de ser madre porque me genera un gran conflicto la idea, porque a los niños los veo con gran compasión y mi experiencia viniendo al mundo ha sido bastante traumática, un sufrimiento que ha rozado el terror muchas veces, y no deseo brindarle esa experiencia a un niño que mañana pueda mirarme y decirme: cómo te has atrevido a hacerlo, cómo te has atrevido a traerme aquí. Aunque yo sepa que la vida puede tener un lado luminoso, mi experiencia ha sido terrorífica y muchas veces he tenido ganas de no haber nacido. Me preocupan mucho los niños, soy una gran cuidadora y entiendo el sentimiento tan bello y pleno de la maternidad, pero prefiero centrarme en los que ya están en este mundo.

En la contraportada del nuevo libro de Elisa Victoria (Sevilla, 1985), El evangelio, Lali, la protagonista, maestra en prácticas en un colegio religioso, dice: «Mundo maldito, llévame a mí si quieres, que ya estoy podrida de todas formas, pero no me chafes a Alberto. A Alberto déjamelo tranquilo dando saltos en su casa vestido de gato, déjamelo que haga dibujos, que plante árboles, que baile, no le des sustos, no le des una pandilla que le ponga retos crueles, que se escape, que no se haga mayor como un cadáver dentro de un cuerpo grande con el que sea imposible volver a comunicarse, que no se queden sus huesitos arrojados en el interior de un tonto que monte un negocio vinculado con el diablo y se pase las jornadas firmando papeles y hablando con despotismo. No me pudras a este niño, mundo asqueroso, solo te pido eso, asústame a mi, enférmame, tortúrame, échame a una zanja y que nunca me encuentren, hazme daño a mí y a este niño que nada lo vuelva malo».

La pureza, la inocencia y (por oposición) la corrupción y la culpabilidad son, pues, temas centrales en las dos novelas hasta ahora publicadas por Victoria en Blackie Books, ambas vertebradas en torno a lo iniciático (o a cierta inmadurez, según quién las observe).

En Vozdevieja, Marina tiene nueve años y vislumbra el feo mundo de los adultos desde el ardoroso verano de la Expo 92 en Sevilla, entre una madre enferma y una particular abuela/hada madrina. En El evangelio Lali hace sus prácticas de Magisterio en un viscoso cole religioso mientras come precariedad currando en un Telepizza, folla al paso y de nuevo observa la adultez como quien mira a Marte.

«¿Si la vida está siempre empezando? Supongo que de alguna manera sí, siempre hay cosas que haces por primera vez, y ahí muchas veces viene el conflicto. Hay gente adaptadísima, gente que se adhiere a todo de inmediato, y luego estamos los otros, los que no. Yo muchas veces me he sentido como cuando eres pequeño y el jersey te pica mucho, luego lo que pasa es que a base de estar en esa situación ya no molesta... Pero a mucha gente nos queda siempre esa sensación de que la vida no se acaba de inaugurar del todo, de que estamos siempre en tránsito», dice por teléfono, desde su casa en la sierra de Huelva.

La voz literaria de Victoria, que ella desearía emparentada con Clarice Lispector y John Fante, tiene un punto torrencial, otro de crudeza, rápida métrica y, por encima de todo, persigue claramente la sinceridad. Lo mismo sucede cuando se le cuestiona sobre lo más básico. Victoria abre el telón con la misma inocencia que subliman sus historias, y de nuevo todo retorna a lo primigenio:

¿Por qué escribes?

Escribo porque tengo el mismo sentimiento que cuando empecé. Cuando pasaba de la pubertad a la adolescencia, y no me sentía cómoda con mi persona ni con el mundo. Tenía grandes complicaciones sociales, no sentía que encajaba, empecé a tener ansiedad, dormía poco y empecé a escribir un poco por diversión personal y un poco por los libros que leía. Mientras tenía lugar el proceso, ese ver cómo mi mano deslizaba el bolígrafo sobre el papel, sentía que mi existencia tenía sentido. Me daba igual si se me daba bien o no. Me calmaba y con eso bastaba. Ahora escribo porque me causa más satisfacción que nunca, estoy más segura de ello y creo que tengo buena comunicación con ese monstruo que te impulsa a escribir, que no se sabe de dónde viene.

Victoria admite que, ahora mismo, con El evangelio en la rampa de lanzamiento, ya no sabe muy bien qué ha escrito: «Da un vértigo enorme salir de esa reclusión y ver eso en lo que has pensado tanto antes con su corporeidad, convertido en un objeto. Incluso te causa cierta desvinculación con tu obra. Deja de pertenecerte».

Sus libros comparten cierto ánimo revisionista muy en el ambiente en esta España de hoy, detenida, ensimismada y tristona: el primero miraba a la lejana España del 92, cuando ella tendría siete años (y su protagonista nueve); el segundo se sitúa en 2005-2006, en la preburbuja del ladrillazo. Un mundo concomitante, por diversos motivos, con el de Las niñas, la hermosa película de Pilar Palomero, triunfadora en los Goya: «Pues me lo decían mucho, la he visto ahora, me ha encantado y es cierto que tiene mucho en común...».

Define bien a Victoria el hecho de que Lali, su protagonista, parece aprender más en el Telepizza (en el que la propia escritora trabajó) que en la universidad: «Aprendes a observar, a interpretar cómo te observan los demás, a respetar, a ser mejor cliente. Aprendes lamentablemente cuáles son los cimientos de la civilización: te explotan. Aprendes a coordinarte con los demás... Aprendes a respetar».

Pureza + extrañeza + inadaptación. Consecuencia: ¿en qué trabajas ahora, Elisa? ¿Cuál será el próximo paso? «Me apetece escribir algo de terror»

martes, 27 de abril de 2021

Frases de Madre

 -Pregúntale a tu padre.

-Un día cojo la puerta y me voy y a ver cómo os apañáis sin mí.

-Y si tus amigos se tiran por un puente ¿tú también?

-Verás como saque la zapatilla.

-¿Tú te crees que soy el Banco de España?

-Ni moto, ni mota.

-Como vaya yo vas a llorar con motivo.

-Tómate el zumo de naranja rápido que se le van las vitaminas.

-No tires el líquido del yogurt que ahí está todo lo bueno.

-No te tragues el chicle, que se te pegan las tripas.

-Ponte muda limpia por si te pasa algo y tienes que ir al hospital.

-Es la primera vez que me siento en todo el día.

-¡Ay hijo, me vas a enterrar!

-Ya verás como se entere tu padre.

-¿Tú te crees que el dinero crece en los árboles?

-Como vaya yo y lo encuentre…

-¿Pero qué te piensas, que soy tu criada?

-No me, no me… que te, que te…

-Si te enfadas tienes dos problemas: enfadarte y desenfadarte.

-Para salir de fiesta nunca estás cansado.

-Yo a tu edad…

-A ver si te echas novio/a y te largas de una vez.

-Come y calla.

-Entre tu padre, tu hermano y tú, me vais a matar de un disgusto.

-Porque lo digo yo y punto, que por algo soy tu madre.

domingo, 18 de abril de 2021

Cómo dictaminar si un argumento es sólido

 De Jesús M. Landart, máster Filosofía & Filosofía de la ciencia, UNED

¿Cuándo es sólido un argumento?

A es un buen argumento en relación con el problema P si y sólo si A satisface las presunciones de comprensión, verdad y valor con respecto a P. Ahora bien, los buenos argumentos, al menos los que se mueven en el plano del discurso teórico o intelectual, son instrumentos de conocimiento y como tales también deben contar con ciertas virtudes epistémicas.

Virtudes epistémicas notables son, en todo caso, la coherencia interna y la externa (por ejemplo, con respecto a otros conocimientos conexos con el tema planteado). Otras virtudes más o menos relevantes según los casos son la contrastabilidad empírica, el poder explicativo, el poder prospectivo.

Respecto a las tres condiciones mencionadas al principio para que un argumento sea un buen argumento:

(i) comprensión -es decir, mediante la satisfacción de pruebas de traducción, paráfrasis, etc., del sentido de las aserciones-;

(ii) verdad, bien en el sentido de su coherencia interna y su congruencia externa -con los conocimientos disponibles al respecto-, o también en el sentido de su contrastabilidad empírica si la cuestión lo pidiere;

(iii) la dimensión de valor -e. g. a partir de señales o datos sobre su significación y sobre su pertinencia, procedentes de noticias históricas, científicas, etc.-.

Un argumento es formalmente correcto si el nexo que vincula sus premisas a su conclusión consiste en una relación de con secuencia lógica reconocida o reconocible, es decir, convalidable.

Un argumento es materialmente correcto si el nexo que vincula sus premisas a su conclusión, aunque no consista en una relación de consecuencia lógica, se atiene a los criterios metodológicos de adecuación inferencial que sean aplicables en su caso, según se trate de una implicación analítica, una inducción, una abducción, un razonamiento por defecto, un razonamiento práctico, etc.

Y finalmente: un argumento se considera sólido si, además de ser correcto formal o materialmente, sus premisas se saben verdaderas o están suficientemente acreditadas.

Al argumento que es sólido, formalmente correcto y lógicamente válido, podemos llamarlo concluyente, de modo que toda demostración propiamente dicha sería una prueba deductiva concluyentes. La solidez es una condición necesaria -a veces considerada incluso suficiente- del buen argumento.

sábado, 17 de abril de 2021

No hay palabra mala si no es a mal tenida

La Biblia es peligrosa de interpretar. Por ejemplo, el Evangelio según Lucas, 19. Porque si se cree que Dios es malo, esta parábola será mal entendida de la forma en que entendió el que ocultó la mina:

Parábola de las diez minas

11 Oyendo ellos estas cosas, prosiguió Jesús y dijo una parábola, por cuanto estaba cerca de Jerusalén, y ellos pensaban que el reino de Dios se manifestaría inmediatamente.

12 Dijo, pues: Un hombre noble se fue a un país lejano, para recibir un reino y volver.

13 Y llamando a diez siervos suyos, les dio diez minas,[a] y les dijo: Negociad entre tanto que vengo.

14 Pero sus conciudadanos le aborrecían, y enviaron tras él una embajada, diciendo: No queremos que éste reine sobre nosotros.

15 Aconteció que vuelto él, después de recibir el reino, mandó llamar ante él a aquellos siervos a los cuales había dado el dinero, para saber lo que había negociado cada uno.

16 Vino el primero, diciendo: Señor, tu mina ha ganado diez minas.

17 Él le dijo: Está bien, buen siervo; por cuanto en lo poco has sido fiel, tendrás autoridad sobre diez ciudades.

18 Vino otro, diciendo: Señor, tu mina ha producido cinco minas.

19 Y también a éste dijo: Tú también sé sobre cinco ciudades.

20 Vino otro, diciendo: Señor, aquí está tu mina, la cual he tenido guardada en un pañuelo;

21 porque tuve miedo de ti, por cuanto eres hombre severo, que tomas lo que no pusiste, y siegas lo que no sembraste.

22 Entonces él le dijo: Mal siervo, por tu propia boca te juzgo. Sabías que yo era hombre severo, que tomo lo que no puse, y que siego lo que no sembré;

23 ¿por qué, pues, no pusiste mi dinero en el banco, para que al volver yo, lo hubiera recibido con los intereses?

24 Y dijo a los que estaban presentes: Quitadle la mina, y dadla al que tiene las diez minas.

25 Ellos le dijeron: Señor, tiene diez minas.

26 Pues yo os digo que a todo el que tiene, se le dará; mas al que no tiene, aun lo que tiene se le quitará.

27 Y también a aquellos mis enemigos que no querían que yo reinase sobre ellos, traedlos acá, y decapitadlos delante de mí.

El genocidio a escala humana

Esta frase ilustra sobre el relativismo moral tan común en el análisis histórico, es una buena candidata, pero en sentido positivo, por lo que denuncia:

Mata a un hombre y serás un asesino. Mata a millones de hombres y serás un vencedor. Mátalos a todos y serás un dios.

Del biólogo y filósofo francés Jean Rostand, fallecido en 1977, pacifista declarado.

miércoles, 14 de abril de 2021

El mundo sigue igual

 En cementerio hispano hay una lápida donde está escrito este epigrama:

Cuando se crea demasiado importante, dese una vuelta por acá y verá gente que fue más importante que usted y el mundo sigue igual.

viernes, 2 de abril de 2021

El sentido de la lectura

 

He leído muchos libros pero olvidé la mayoría de ellos. ¿Cuál es el propósito de la lectura entonces?

Había una vez un gran maestro quien tenía muchos estudiantes.

Una vez uno de los estudiantes vino donde él y le preguntó "He leído montones de libros pero he olvidado la mayoría de ellos. ¿Cuál es el propósito de leer?".

El maestro no le dio una respuesta en ese momento.

Después de unos días el maestro le dio a ese estudiante un tamiz el cual estaba sucio y en una muy mala condición como se muestra en la imagen.

El maestro le pidió al estudiante que fuese a buscar agua de un río cercano en este tamiz.

Al estudiante no le gustó la idea pero no pudo rehusarse a su maestro.

Fue al río, llenó el tamiz en el río e inició su viaje de regreso.

A unos cuantos pies de caminar, todo el agua en el tamiz se derramó a través de los hoyos.

Entonces de nuevo fue al río y llenó el tamiz.

Hizo esto todo el día pero no pudo cumplir la tarea asignada por su maestro.

Regresó a donde el maestro con una cara triste y dijo "Soy incapaz de recoger agua con este tamiz. He fallado."

Su maestro le sonrió.

¡No! No fallaste.

Mira el tamiz.

Se había puesto como nuevo. Se limpió cuando estabas intentando recoger agua.

El maestro entonces explicó el verdadero motivo detrás de esta tarea.

Dijo "La última vez me preguntaste cuál es el propósito de leer si no recuerdas lo que leíste. Ahora toma este ejemplo del tamiz.

Tamiz = Mente

Agua = Conocimiento

Río = Libro

¡Incluso si no puedes recordarlo está bien!

Pero leer definitivamente hará que tu mente se agilice.

El leer tiene un profundo impacto en tu mente, cerebro.

Ayuda a ser una mejor versión de ti mismo.

Esto es un proceso inconsciente.

La historia termina aquí.

He leído cientos de libros hasta la fecha.

No recuerdo todas las cosas de ellos.

Pero ciertamente sé que soy más inteligente que antes y por ende, seguiré leyendo.

jueves, 1 de abril de 2021

Cómo están las cabezas.

 Algunos tienen mucho miedo a una revolución, y no digamos a una devolución. Por gracia o desgracia, la política en España es lo que es. Lo que definió el diplomático mexicano Marco Aurelio Almazán: "El arte de impedir que la gente se meta en lo que sí le importa". 

Uno se pasa la vida rehaciendo el significado de palabras demasiado machacadas por la estupidez de los binarios, esos que solo ven bien y mal, Tom y Jerry, izquierda y derecha. No hay muchos con el poder de sintetizar textos o pensamientos complejos y mínimamente morales. No estará de más recordar que derechista es, simplemente, quien no quiere pagar impuestos sino quedárselos o evadirlos, apropiarse de todo lo público (sanidad, educación y un largo etcétera) o cuando menos degradarlo y subir los precios con sus acaparamientos y exclusiones monopolísticas de capitalismo buitre. Alguien, por ejemplo, como Maduro o Ayuso, esa que demoniza tanto a un partido que ha pagado las deudas de Madrid. 



Cada vez que habla sube el pan, y eso que los podemitas reproducen su lenguaje y los llaman criminales. Pero la verdad, si es eso lo que dicen nuestros jueces, es que el PP sí que es una asociación criminal, un cártel de corruptos cuya fuente se remonta a las más puercas pocilgas del régimen franquista, ataviados con nuevos ropajes. Los que quieren distribuir algo de equidad tienen mucho menos mierda atesorada que esos farsantes demostrados que pretenden aplastarlos con la Brunete fáctico-mediática.

Es lo que tiene bautizar como demonios a los otros: diviniza que no veas y, por consiguiente, le transforma a uno en un pontífice, incluso en alguien tan indiscutible como Dios, Ayuso o Maduro. Pero los cocos de verdad son ellos, los binarios, y se llevan a los adultos que duermen poco de tanto telele (ver tanta tele).

 No estará de más recordar lo que Antonio Escohotado ha llamado "la prueba del cinco": es imbécil para un opinólogo de secano hablar sobre economía, política y sociedad apoyándose (solamente) en un puñado de clichés anacrónicos, palabras que ya no significan nada y que son solo cinco duros coprolitos que expeler al otro: los términos "izquierda", "derecha", "extrema", "ultra" y "fascista", que manchan nada más tocarlos. No significan nada: no tienen sinónimos, como los pronombres, porque no tienen significado permanente alguno que pueda copiarse. "Que las palabras tengan sinónimos es la mejor demostración de que ninguna monopoliza el pensamiento o, si se prefiere, de que la inteligencia desborda siempre cualquier modalidad fija de expresión. Amor sugiere afecto, cariño, devoción; longitud evoca distancia, espacio, etcétera. Ningún término hay carente de análogos salvo para el afásico, alguien que por distintas causas –sobre todo traumatismos o una tara congénita- resulta incapaz de hablar y escribir creativamente... no logra participar en el aprendizaje paralelo de la lógica, o algo como un balazo afecta parte de su cerebro, y pasa de manejar digamos mil términos a solo diez o treinta y siete".

Todos estos investidos de premisas sin conclusiones deberían aprender que los instrumentos del conocimiento son la ignorancia y la duda. Pero ellos saben solo su librillo y no quieren saber más: aplican las mismas palabras a realidades distintas que reclaman el más notorio atributo de lo real: la complejidad. El diccionario de los enfermos de binarismo contiene solo dos palabras: y no; también esas que dice Escohotado. Y los menos graves además otra: quizá, qué duda cabe.

Qué estúpidos son los políticos. Todos son más cabezones que una testa olmeca. ¿A quién le importa quién va a ganar cuando todos van a perder? El mundo gasta medio billón de dólares cada año preparándose para guerras que no se atreven a pelear. Existe un culto a la ignorancia en todas partes que siempre ha prevalecido y que a veces incluso se impone al modo Spengler. La tensión del antiintelectualismo ha sido un hilo constante que se abre camino a través de nuestra vida política y cultural, alimentada por la falsa noción de que democracia significa que "mi ignorancia es tan buena como tu conocimiento". Es precisa más psicología, más comprensión de la naturaleza humana, más preguntas, más Quora. Porque el único peligro real que existe es el hombre mismo. Él es el gran peligro. Y lamentablemente no nos damos cuenta de que su formación y constitución es la raíz de cualquier problema o cualquier solución. No sabemos nada del hombre, demasiado poco. Su psique debe ser estudiada porque somos el origen de todo mal que venga o pueda venir.

Cuando a uno le da por leer o escuchar a Antonio Escohotado se queda tan definitivamente pensativo, fumativo y admirativo que lo propondría como presidente de la República Española, a falta del impotente García-Tola o de los irreprochables pero finados Sampedro, Anguita o incluso Tierno Galván, todos ellos arrinconados por los poderes fácticos y amadísimos por nosotros los comunes. Incluso podría proponerse un presidente contratado de otro país, pongamos Suecia o Dinamarca, a despecho de nacionalistas descerebrados. Pero entonces se disipan las nubes lisérgicas y asoma la descarada y descarnada realidad: esto es una monarquía postfranquista de mierda y Escohotado, aunque aún lúcido y lucido, no anda para trotes.

Este filósofo padece muchos enemigos, casi tantos como la lógica y la cultura, y aunque muchos lo definen como un converso al liberalismo, le he visto catalogarse ahora como un socialdemócrata adicto al estudio (y a otras cosas, ejem). El liberalismo puro es predatorio y carece de ética y conciencia (su mismo padre, John Locke, defendía y promovía la esclavitud); es peor que la peste negra. Por eso Escohotado subtituló a sus Enemigos del comercio "una historia moral de la propiedad", aunque solo llegó a ponerlo en el tercer tomo de la obra.

El gran ancho de banda que ganó ampliando los umbrales de su curiosidad ("la puerta sin puerta", dirían los zen) le permitieron librarse de muchas ilusiones mentales y sentimentales. Los impuestos son necesarios para los desafortunados, los enfermos, los viejos y los científicos, ya que debe haber un Estado que vele por ellos y corrija las desviaciones salvajes de los buitres agiotistas que creen y fomentan la desigualdad de la ley y ante la ley y otros vicios emanados del sentido propio, ya que tanto carecemos del común. Es necesario, por ejemplo, para evitar la destrucción del planeta por parte del hombre (no precisamente por la caída del asteroide Tutatis sobre la cabeza de los galos, sino por el cambio climático, los agujeros en la atmósfera y el suelo, las pandemias y el colapso ya irremediable de los sistemas ecológicos), es necesario, digo, no precisamente nacionalizar, sino mundializar áreas que afectan al hombre en su conjunto: las industrias farmacéuticas, la medicina, la enseñanza. Ahora que de repente empiezan a aflorar las momias de los Alpes, los mamuts de Siberia y las mierdas del PP. Incluso podría descongelarse la cabeza de Trump. 

La prueba del cinco

Antonio Escohotado. "La prueba del cinco", en Libertad Digital, 2018-10-14:

La prueba del cinco

La afasia más reciente y extendida insiste en pontificar sobre economía, política y sociedad apoyándose sobre un puñado de clichés anacrónicos. Me refiero concretamente a cinco términos: "izquierda", "derecha", "extrema", "ultra" y "fascista".

La afasia más reciente y extendida insiste en pontificar sobre economía, política y sociedad apoyándose sobre un puñado de clichés anacrónicos. Me refiero concretamente a cinco términos: "izquierda", "derecha", "extrema", "ultra" y "fascista".Dolores Delgado, uso repetidamente los calificativos "derecha, extrema derecha y extrema extrema derecha" en su última comparecencia | EFE

Que las palabras tengan sinónimos es la mejor demostración de que ninguna monopoliza el pensamiento o, si se prefiere, de que la inteligencia desborda siempre cualquier modalidad fija de expresión. Amor sugiere afecto, cariño, devoción; longitud evoca distancia, espacio, etcétera, y ningún término hay carente de análogos salvo para el afásico, alguien que por distintas causas –sobre todo traumatismos o una tara congénita- resulta incapaz de hablar y escribir creativamente, aprendiendo de manera simultánea multitud de palabras y la sintaxis de cada lengua, cierta lógica tan estricta como restringida a ella. La creatividad le resulta vedada porque no logra participar en ese aprendizaje paralelo, o algo como un balazo afecta parte de su cerebro, y pasa de manejar digamos 1.000 términos a 10 o 37.

Wittgenstein, padre del positivismo lógico, exhibió a mi juicio una afasia siquiera sea muy leve cuando propuso que "los límites del lenguaje son los límites del mundo", aunque quizá se tratase solo de maximalismo combinado con incultura filosófica, pues la historia del pensamiento enseña hasta qué punto hay o no hay oídos sensibles a sentidos implícitos. De lógoi, por ejemplo, que Homero usa en plural como sinónimo de cosas dichas junto al hogar, Heráclito extrae el singular lógos, definiéndolo como lo común y rector del cosmos; de indivisible (átomos) extrajo Demócrito la física más aceptada, y de aspecto (eidos) extrajo Platón nada menos que el concepto de idea.

El enjambre potencialmente infinito de cosas y relaciones es lo que compartimos con los demás.

Digamos que la inteligencia percibe los secretos del lenguaje, como un virtuoso descubre las posibilidades de su instrumento, y que los sinónimos en general son las modulaciones que cada intelecto añade a cada cosa, por supuesto relacionada con todas demás en mayor o menor medida. El enjambre potencialmente infinito de cosas y relaciones es lo que compartimos con los demás; así como aquello que permite al poeta y al sabio ensanchar de vez en cuando el campo del significado, nombrando lo hasta entonces inefable. Antes o después esas innovaciones se incorporan al acervo común, y el tesoro resultante no es el límite del mundo sino más bien el principio de su expansión, donde qué y quién –lo objetivo y lo subjetivo- van fecundándose por ósmosis conceptual.

Naturalmente, los esquimales tienen más palabras para hielo que las gentes de climas templados, y los tuareg más palabras para arena; pero el lenguaje es para todos nosotros un vehículo de comunicación, y también de expresión, que puede estudiarse con la exactitud más rigurosa en términos gramaticales y fonéticos, sobre todo desde el oscilógrafo acústico. No hay duda que letras y sonidos van de la mano con la geografía, por ejemplo, y que más allá de tal río o cordillera se pronuncia de manera marcadamente distinta, cosa tan asombrosa como innegable, y que la anatomía de cada individuo –garganta, mandíbula, dientes- juega un papel no menos destacado.

El fascismo dejó hace mucho de representar a Mussolini o a Hitler, y hoy significa "ideología del que no profesa la mía".

Pero lo divino del ser humano es su mente o espíritu, como decía Aristóteles, no un lenguaje que compartimos con muchos animales, pues ningún órgano de comunicación y reflexión agota la inteligencia capaz comunicarse y reflexionar, y el error más común entre nosotros es identificarla con el pensamiento consciente. La esfera del designio es solo lo visible de ese iceberg, cuyas nueve partes sumergidas son para nosotros impersonales e inconscientes, inasequibles para el delirio yoico del corazoncito, que solo pasa a merecer el nombre de corazón cuando cada cual reconoce la mezquindad del discurso autoreferencial.

Pero traigo este largo prólogo a colación de la afasia más reciente y extendida, que insiste en pontificar sobre economía, política y sociedad apoyándose sobre un puñado de clichés anacrónicos, puro corazoncito sin corazón, que caben en los dedos de una mano y desafían la facultad universal de encontrarle sinónimos a todo. Me refiero concretamente a cinco términos: "izquierda", "derecha", "extrema", "ultra" y "fascista".

El domingo pasado, ante la visita de dos amigos, les propuse hablar del actual Gobierno sin mencionar ninguno de ellos, y tras acordarlo -en principio sin la más mínima vacilación- ninguno acertó a formar dos frases sin recurrir a ellos. Yo iba levantando la mano cada vez, mientras decía "sinónimo por favor", y el amistoso intercambio de pareceres acabó como el rosario de la aurora. Me pareció que el experimento prometía, y el martes tuve ocasión de repetirlo con tres personas, incorporando a una dama que, por cierto, fue junto conmigo capaz de sortear los clichés en todo momento, aunque la charla terminase en términos todavía más destemplados, entendiendo los otros dos que somos "extrema derecha fascista".

El tesoro lingüístico se cortocircuita al tocar ciertos campos, como en el test de asociaciones libres la coherencia cesa al aparecer palabras ligadas con complejos

De nada sirvió recordar el punto inicial de coincidencia –esto es: que, por fortuna, tanto el nazismo como el fascismo no sobrevivieron a la segunda guerra mundial, y son desde entonces mini-grupúsculos muy desperdigados-, porque fascismo dejó hace mucho de representar a Mussolini o a Hitler, y hoy significa "ideología del que no profesa la mía". Al menor indicio de disidencia conceptual, la falta de aparato histórico y léxico instalada con la corrección política estalla, y antes de reconocer que por una razón u otra la afasia reina en este terreno, los contertulios nos mandan a freír espárragos.

Pero ¿por qué la prueba del cinco sume en silencio, o desata invectivas, en vez de sugerir que el tesoro lingüístico se cortocircuita al tocar ciertos campos, como en el test de asociaciones libres la coherencia cesa al aparecer palabras ligadas con complejos? Ya he explicado, y por largo, el malentendido de llamar con el mismo término al socialismo democrático y al mesiánico, pues ser programas incompatibles convive con llamamientos continuos a una "unidad de la izquierda". También expliqué por largo cómo la derecha se fue al centro desde finales de los años 40, estimulada por el Plan Marshall.

Por eso mismo, me parece actual y urgente hacer la prueba del cinco con amigos y conocidos, y que cada cual le busque explicación a ese colapso del verbo. Pero preparémonos, en ese caso, para que no queden ni cinco.

martes, 30 de marzo de 2021

El hombre que venía de un universo casi paralelo

Tal vez sea un bulo. Traído de Quora:


El hombre de un país desconocido

En 1954, un empresario descrito como caucásico llegó al Aeropuerto de Haneda, Tokio para una reunión de negocios. El hombre hablaba varios idiomas incluyendo japonés y declaraba haber estado en Japón varias veces. Nada parecía fuera de lo normal, hasta que un oficial de aduanas echó un vistazo en su pasaporte y no lo reconoció. El pasaporte había sido expedido desde un país llamado Taured.

Al inicio, el oficial pensó de que él era solamente un ignorante y buscó a su supervisor. Su supervisor no lo reconoció, ninguno de los oficiales lo hicieron. El pasaporte se veía legítimo y tenía tantos estampados de otros países incluyendo Japón. Así que, le pidieron al hombre que señalara su país en un mapa.

Él apuntó a Andorra (un pequeño país entre España y Francia). Cuando los oficiales le dijeron que el lugar que señaló era de hecho Andorra, él se enojó mucho y declaró que ¡Taured había existido por 1000 años! El hombre estaba nervioso y parecía en realidad creer que Taured es un país real.

Ellos llamaron al hotel en el que él había reservado en Tokio y no había tal persona registrada allí. La compañía que él declaró que tenía una reunión de negocio existía en Tokio pero no en Taured (obviamente).

Por supuesto, ellos consideraron que este hombre podría ser un fraude. Así que, lo detuvieron en un hotel con dos oficiales estacionados afuera de la puerta (el único punto de salida y entrada de la habitación). El cuarto estaba localizado en lo alto en un hotel de varios pisos sin balcón.

Para su sorpresa al día siguiente, abrieron la habitación del hotel y descubrieron que el hombre se había ido incluyendo todas sus pertenencias y el pasaporte. ¿Dónde pudo haber ido dado que el único punto de salida/entrada estaba custodiado toda la noche?

Algunas personas discutieron que el hombre misterioso era de hecho de Taured pero que el país existe en otro universo y de algún modo pasó a través de una dimensión paralela y terminó en el Aeropuerto Haneda. Otra teoría es que el hombre misterioso era un viajante del tiempo y había aterrizado erróneamente en el aeropuerto. Sobre todo esto, hay personas quienes claman de que es solamente una falsa elaborada por el internet.


De Público:

El hombre que vino de Taured, un lugar donde Andorra no existe

05/04/2019

Era, según el relato habitual de este suceso carne de programa de Iker Jiménez, un día más en el aeropuerto tokiota de Haneda. A pesar de no haber transcurrido una década desde el final de la Segunda Guerra Mundial, Japón se encontraba en plena recuperación y recibía a visitantes de todo el planeta.  Lo que no se imaginaban los trabajadores de las instalaciones aeroportuarias niponas es que aquel calurosos día de 1954 iban a recibir la visita de un viajero inter-dimensional…o un timador con mucha imaginación y ganas de troleo.

Un funcionario de aduanas recibió en mano el pasaporte de un pasajero aparentemente llegado desde Europa. Mientras el viajero esperaba en silencio, revisó el documento. Vaya, el país no le sonaba. "Taured". Debía de tratarse de alguno de esos minúsculos que casi parecían de broma, algún ducado o principado de esos como Liechtenstein o San Marino. Sin embargo, tras consultar con su supervisor, comprobó que la supuesta nación de Taured no aparecía por ninguna parte. El pasaporte sin embargo parecía auténtico y tenía estampado en sus páginas sellos de entrada de otros países que el pasajero había visitado aparentemente  sin problema. Algo imposible, dado que el país del que decía venir… no existía.

¿No vendrá usted, por un casual, de Andorra?

Según el blog Compendium Magazine, el viajero fue interrogado por la policía del país del sol naciente en una discreta sala del aeropuerto. Aseguraba que su patria se encontraba en Europa, pero que era normal que no les sonase su nombre en Japón. Explicó que era muy pequeño y se encontraba entre España y Francia, pero que nunca había tenido problemas al viajar a Japón. Que era la tercera vez que viajaba aquel año a la nación asiática, por negocios, y que nunca antes había experimentado problemas. Mostró moneda legal de distintos países europeos que llevaba en una gran billetera y los agentes de la ley, tras comprobar un libro de geografía, le preguntaron si venía de Andorra. El tipo señaló sobre el plano la pequeña nación pirenaica, pero aseguró no haber oído hablar de "Andorra" jamás en la vida y que su "Taured" existía desde hacía mil años. ¡Qué diantres!

El tipo, barbudo y que hablaba francés , aseguraba tener una cita con una empresa local e incluso una reserva en un hotel, por lo que los encargados de deshacer aquel entuerto llamaron por teléfono a esta compañía. Existía, pero no conocían al pasajero que aseguraba tener negocios con ellos, ni a la empresa a la que decía representar . Con el hotel, ídem de lo mismo. Aquello ya pasaba de castaño oscuro, y los funcionarios se plantearon el cortar por lo sano deportando al pasajero. El problema era...¿A dónde le deportaban?

El viajero estaba visiblemente nervioso y, harto de que se le cuestionase, les enseñó un carnet de conducir emitido en el inexistente país de Taured, así como una licencia de conducción internacional que parecía estar en regla. También les mostró, según El Pensante, una chequera de un banco que tampoco existía en ninguna parte más allá de los bolsillos de aquel hombre angustiado.

El misterio de la desaparición misteriosa

Viendo que el problema parecía irresoluble y que la historia de aquel loco o estafador se volvía cada vez más alambicada, tras ocho horas de fútil interrogatorio, los funcionarios decidieron alojar al extraño visitante en un hotel y volver a la tarea el día siguiente.

Dos guardias custodiaron la puerta de la habitación durante la noche, pero al entrar en esta por la mañana , como en todo buen cierre de leyenda urbana, el hombre de Taured se había esfumado junto a todas sus pertenencias. El único sitio por donde había podido escapar era una ventana a quince pisos del suelo, y aquella mañana sobre el asfalto no aparecía ninguna pizza humana.

¿Viajero de otra dimensión, loco o simplemente un desafortunado ciudadano andorrano?

¿Venía el evanescente viajero de una dimensión paralela en la que el espacio geográfico de nuestro vecino más apreciado por los evasores fiscales está ocupado por un país llamado Taured? ¿Cuál era el equivalente taurediano del contundente y suculento trintxat? ¿Y el  famoso Centro Termolúdico de Caldea, existe en ese universo?

¿Era el protagonista de la historia un enfermo mental? ¿Alguien obsesionado con trolear a la policía japonesa? ¿Se trató todo de una simple confusión? Claro, pensar que un agente comercial de Taured se sube un avión con destino Japón y por el camino, tras atravesar una nube, aparece en nuestra dimensión, tiene su punto romántico, pero no deja de ser poco plausible.

Como comentaba Suzanne Marie Sullivanen en Quora, los empleados del Aeropuerto de Haneda no debían tener un nivel alto de francés, español y mucho menos de catalán. En la mayor parte de versiones de esta historia que circulan por internet se explica que su protagonista "hablaba varios idiomas". Según la graduada en la Universidad de California, los empleados pudieron crear (como en el juego de pasarse una frase al oído y ver su evolución hasta que llega al último integrante de una cadena) el térmido "Taured" a partir de "terre d’Andorra".

En cuanto a su "misteriosa desaparición", el muy copipasteado relato algunas veces habla de la planta número quince de un hotel, pero también de una especie de calabozo en el mismo aeropuerto. ¿Y si simplemente nunca hubo guardias de seguridad y el indignado viajero decidió irse directamente a una embajada a que le atendiese alguien con un buen nivel de idiomas? Smells like urban legend.

¿Algún andorrano en la sala? ¿No será usted por casualidad el hombre de Taured? 

Génesis de las palabrotas

 'Con dos huevos', un diccionario de expresiones castizas

Luis Herrero ha entrevistado a la filóloga Héloïse Guerrier, coautora del libro Con dos huevos, un diccionario de expresiones castizas.

esRadio 2014-06-09

Luis Herrero ha entrevistado a la filóloga Héloïse Guerrier, coautora del libro Con dos huevos, un diccionario de expresiones castizas

Héloíse Guerrier, coautora del diccionario de expresiones castizas Con dos huevos ha explicado En Casa de Herrero algunas de las expresiones con las que cuenta su obra. Así, ha afirmado que lo que le llevó a escribir este libro fue la sorpresa que le provocaron las expresiones que se emplean en España. "Me hacían mucha gracia y las iba apuntando, de aquí salió la idea de este libro", explicó.

En primer lugar se ha referido a la expresión que da título al texto, "con dos huevos", explicando que "abarcan muchos significados" y que pese a que no ha encontrado un "origen concreto se asocian a los atributos masculinos, a valentía y a valores positivos", a diferencia de expresiones en las que se emplean los atributos femeninos como "es un coñazo" en las que los "valores son negativos". En este sentido, ha aclarado que “el libro no pretende decir que el lenguaje español es machista” sino que “tiene mucha relación con el sexo y la comida".

Héloïse Guerrier también ha explicado el origen de la expresión "me cago en la leche", comentando que hace referencia "a la leche materna" y que en realidad proviene de "me cago en la leche que mamaste", así como "me cago en la mar viene de la virgen María". Respecto al dicho "el coño de la Bernarda", ha señalado que "sale en muchas fuentes" pero que la mayoría la "ubican a Bernarda en Granada" y se trata de "una santera que cuando tocaban su sexo tenían más suerte, buenas cosechas, salud…”. Además, ha comentado que fue “una leyenda que levanto revuelo en la iglesia” y que se dice que “al desenterrarla vieron su sexo era lo único que quedaba intacto”.

En cuanto a "montar un pollo" ha aclarado que "pollo no tiene que ver con el volátil sino con poyo, que viene del pedestal en el que el orador daba un discurso en el que podían salir polémicas…". Al mismo tiempo, la filóloga ha explicado que el origen de "manda huevos" no viene de esa palabra sino de que "viene de la expresión latina mandat opus que significa la necesidad obliga".

Para terminar, Héloïse Guerrier ha señalado que las expresiones que no han incluido en el libro responden a que "era muy difícil de plasmarlas a modo de ilustración", para lo que se ha referido a "verdades como templos", afirmando que "la verdad no se puede dibujar". "Lo que me interesó mucho es la interpretación del ilustrador en el libro, me gusta el contraste entre el texto y las imágenes", destacó.

lunes, 29 de marzo de 2021

Chiste político

 Donald Trump se reunió con la Reina de Inglaterra, y le preguntó: "Su Majestad, ¿Cómo dirige un gobierno tan eficiente? ¿Hay algún consejo que pueda darme?"

"Bueno", respondió la Reina, "lo más importante es rodearse de gente inteligente".

Trump frunció el ceño y luego le preguntó: "¿Pero cómo sé si las personas de su alrededor son realmente inteligentes?"

La Reina tomó un sorbo de té. "Oh, eso es fácil; tan solo pídales que le respondan a un acertijo".

La Reina presionó un botón de su intercomunicador. "Por favor, envíe a Boris Johnson aquí, ¿Quiere?"

El Primer Ministro entró en la estancia y dijo: "Sí, ¿su majestad?"

La Reina sonrió y dijo: "Contéstame a esto, si no te importa, Boris. Tu madre y tu padre tienen un niño. No es tu hermano ni tampoco hermana. ¿Quién es?"

Sin si quiera esperar un momento, respondió: "Ese sería yo".

"¡Sí! Muy bien", dijo la Reina.

Trump regresó a su casa para hacerle a Mike Pence la misma pregunta. “Mike, respóndeme a esto por mí. Tu madre y tu padre tienen un niño. No es tu hermano y ni tampoco tu hermana. ¿Quién es?"

"No estoy seguro", dijo Pence. "Déjame pensarlo y ya le diré". Acudió a sus asesores y les preguntó a todos, pero ninguno pudo darle una respuesta.

Finalmente, Pence se encontró con su amigo Jack Murphy en un restaurante la noche siguiente. Pence le preguntó: "Jack, ¿Puedes responder a esto por mí? Tu madre y tu padre tienen un niño y no es tu hermano o ni tu hermana. ¿Quién es?"

Jack Murphy respondió de inmediato, "¡Esa es fácil, soy yo!"

Pence sonrió y dijo: "¡Gracias!"

Pence entonces, volvió a hablar con Trump. "Digamos que investigué un poco y tengo la respuesta a ese acertijo: ¡es mi amigo Jack Murphy!"

Trump se levantó, arrolló a Pence y gritó enfadado: "¡No, idiota! ¡Es Boris Johnson!"

miércoles, 24 de marzo de 2021

Las dos caras de la regla de oro. No hacer el bien ya es un mal muy grande.

Mateo 7:12

La Regla de Oro

En su célebre Sermón del Monte, Jesús enseñó un principio fundamental para tener buenas relaciones con nuestro prójimo. Él dijo lo siguiente: “Todas las cosas que quieren que los hombres les hagan, también ustedes de igual manera tienen que hacérselas a ellos” (Mateo 7:12). A esta norma de conducta se la conoce habitualmente como la Regla de Oro.

Algunas personas emplean lo que pudiéramos decir que es una versión negativa de dicho principio: “No hagan a los demás lo que no les gustaría que les hicieran a ustedes”. Si analizamos la parábola de Jesús sobre el buen samaritano, veremos claramente la diferencia entre la Regla de Oro y su versión negativa. A cierto judío le dieron una paliza y lo dejaron medio muerto, tirado en el camino. Un sacerdote lo vio, y más tarde también un levita, pero ambos pasaron de largo. Como ninguno de los dos hizo nada para empeorar el estado de aquel hombre, podría decirse que ambos cumplieron la versión negativa de la Regla de Oro. Sin embargo, un samaritano que pasaba por allí decidió detenerse, vendarle las heridas y trasladarlo a una posada. Su forma de actuar estuvo en conformidad con la Regla de Oro, pues trató a su prójimo como hubiera querido que lo trataran a él. Sin duda, esa fue la decisión correcta (Lucas 10:30-37).

Si nosotros seguimos este principio en todo momento de nuestra vida, obtendremos beneficios que nos harán felices. Suponga, por ejemplo, que una nueva familia llega a su vecindario. ¿Por qué no toma la iniciativa de presentarse y darles la bienvenida? Podría proporcionarles alguna información de utilidad sobre la zona y ofrecerse a ayudarles con cualquier pregunta o necesidad que les surja. Si usted da el primer paso y los trata con cortesía, establecerá una buena relación con sus nuevos vecinos. Y además, tendrá la satisfacción de saber que ha escogido hacer lo que a Dios le agrada. ¿No le parece una excelente decisión?

domingo, 21 de marzo de 2021

La edad y los relojes blandos

Hace poco la ciencia determinó que gran parte de los recuerdos es falsa o inducida por un entorno emocional o informativo insistente. Este deja una impronta o cascara mental que actúa a manera de escafandra a través de la cual la conciencia atisba apenas las cosas.

Esa estructura nos aísla. Censura los muchos matices del pasado y del presente, y el superego social y castrante nos oculta también muchas estampas de una incomparablemente rica realidad. Los cambios por los que atraviesa el espíritu determinan que la memoria esté en perpetua reconstrucción, por lo que se nos ofrece distorsionada y selectiva y, al final de la vida, si hay algo de fortuna, reducida a un esquema repetitivo e insuficiente; la cronología interior no es exacta y con frecuencia recordamos sin causalidad, o sensitivamente. Lo que hacía Proust, después de todo, era contar batallitas.

Por el contrario (o "por contra", que es más oral) los escasos recuerdos genuinos son obra de nuestra debilucha voluntad, una antorcha desorientada que vaga en la noche por el laberinto de las más oscuras provincias del cerebro, entre copias de copias de la realidad seleccionadas por algún barniz emocional que los agrupa y revisa con frecuencia. 

Estos recuerdos son distintos a los reflejos automáticos, memorias programadas por el aprendizaje, como conducir un coche o una bicicleta, o usar un teclado o la tabla de multiplicar. Apenas podemos reunir los recuerdos buenos en un armario de nuestra mente: no somos como Dante, quien, en la cumbre del monte Purgatorio, bebía de la fuente Eunoe, más selectiva que la del Leteo, para olvidar todo lo malo y recordar solo lo bueno antes de pasar a la cándida rosa del Paradiso, en la que cada pétalo es un alma.

Pero lo que se suele olvidar es que también los pensamientos pueden ser falsos y no genuinos. Al igual que los recuerdos y las emociones, las ideas se pueden falsificar, incluso las que venimos sosteniendo y asumiendo largo tiempo, porque nos han sido inculcados por los desvíos de una cultura centrípeta. Pueden intoxicar o deformar las ideas genuinas o reales o asentar prejuicios útiles para otros, aunque siempre terminen por prevalecer aquellos beneficiosos para la sociedad en su conjunto, siguiendo el camino trazado por la socialización de nuestra manada y la programación genética común de los instintos, lo que Dawkins llama el gen egoísta.

El subconsciente es muy mentiroso. Todas las noches nos cuenta cinco cuentos, no antes sino después de dormirnos, construidos con los impulsos frustrados de la mañana o con pedazos de memoria triturados para la ocasión. Si un hipnotizador nos obliga a llenar un vacío de la memoria, podrá contarnos la mentira más detallada y persuasiva que podamos "imaginar". La sombra de Jung tiene el poder de proyectar todo lo que rechazamos en esas historias.  El poder incluso de proyectar leyes, mitos, sociedades, costumbres ancestrales, dejando aparte la cuestión, nada baladí y que acaso no debe pasarse por alto, de si nacemos ya con recuerdos o con al menos una programación instintiva revisable y reversible.

Hay recuerdos inducidos a través de imágenes de televisión cientos de veces repetidas. Se implantan constructos artificiales falsos que vienen de otro sitio y de otras intenciones. Se implantan falsos recuerdos para apoyar falsas ideologías: despierten de su sueño ideológico, que es un sueño que produce monstruos. El vodka y el whisky son lo mismo porque producen los mismos efectos. Nos parece que hay ochenta clases de caramelos, pero solo los hay de limón, naranja, menta y pocos más. La cocacola y la pepsicola son uno y el mismo refresco. Y una sola son también todas las cadenas de hamburguesas, por más que haya que advertir que, si no eres uno de los comensales, eres parte del menú. Que lo digan sus trabajadores, que se ven sometidos a jornadas irregulares y extenuantes sin apoyo sindical porque los despiden.

El pasado común de la generación dominante está configurado por los años ochenta. Los tópicos de años anteriores ya no mueven molino. Incluso personajes de esa época ya no están para trotes. Joaquín Sabina es uno de los pocos movideños y pataliebres que han tenido la suerte de no disolverse en lo mucho que bebieron o se pusieron. Un actor tan desparramado y accidentado como Quique San Francisco, tan feo y pálido que dijo Lola Flores que "estaba sin cocer", tuvo que pagar su pato de mil y una birras jubilándose de la vida a los sesenta y cinco. "Hay que protegerse", dijo El hombre sin nombre, ese zurdo que ahora amenaza con cumplir los noventa y uno sin despeine. Que tenga cuidado de que no empiece a temblarle la mano izquierda, esa en la que tiene el magnum 45: es el primer síntoma del Parkinson. Nadie le va ya a alegrar los días.

Mucha gente nocturniega y de mecha corta acaba sumida en el infarto, la pancreatitis o el cáncer de pulmón. De día se sostienen apenas a fuer de cocaína, y su patética ilusión de vida es estar colgados de la nube, como Heidi. Hay que ser flemático y frío como los peces, aunque la vejez no garantice una vida aprovechada y con sentido. Especialmente para las mujeres de hace poco: muchas vivían cien años sin apenas salir de la cocina; para ellas esos cien años solo han durado un día, siempre el mismo con apenas variaciones. Irse al otro barrio es para ellas literalmente ir a otro mundo. Muchas de ellas no habrán ido nunca ni siquiera a Miguelturra. Las crisis han ido juntando a los viejos y a los jóvenes, pues ambos no tienen futuro y se mantienen en pie mutuamente.

Son necesarios los viejos para sostener a los jóvenes y viceversa. A ellos les cuesta mucho retener cualquier cosa: la dentadura, la pensión, la memoria, el oído, la vista, los hijos, las babas, la orina, la mierda y la vida. La gran mayoría acaba transformada en pellejos de desecho y desilusión. Como los jóvenes.

lunes, 15 de marzo de 2021

Enrique Laso, el Stephen King español

Muy triste el caso de Enrique Laso, un escritor extremeño de terror y de thrillers de primera clase, pero demasiado sensible y depresivo. Algo más podéis saber de él aquí.


Extraído de su poemario Lo que los árboles me contaron:


No he nacido para ser pierna, ni manos, ni labio

Ni siquiera he nacido para ser corazón

o cerebro

No nací para restar media vida trabajando

He nacido para ser lágrima / y beso / y sabor / y aliento

He nacido para ser pensamiento

Y de pensamiento en pensamiento

con los años convertirme en sueño.