Se llama Javier Botet, y es un simpático actor. Nació en Ciudad Real. Como tiene el llamado síndrome de Marfan, sus huesos han crecido desproporcionadamente, lo que le ha dado la apariencia singular de un artrópodo con manos gigantescas, como las de los duendes de Goya, y una altura espigada de más de dos metros. Enseguida le pidieron que hiciera de xenomorfo en Alien y de Slenderman, y ahora está considerado un actor especializado en terror de monstruos. Nunca le falta trabajo.
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